Segundo lugar en cuento dentro del Concurso: Soy Arte, Cuento, Pintura y Poesía:

LA LLAVE

Jefferson Andrés Sepúlveda Villamizar
Desarrollo de Sistemas informáticos

Cerca la ciudad al pie de la montaña donde el ambiente era cálido pero el viento se mostraba fresco, existía una hermosa casa que complementa al bellísimo paisaje y aunque no era un bosque eran notables los animales silvestres que componían la familia de dos hijos y sus padres.

Una vida tranquila no de gente adinerada sino por el contrario la humildad estaba siempre presente, pero esa humildad no por el dinero sino por la personalidad familia. Todos los días lleva una rutina el hogar, el trabajo para los padres y el estudio y la educación para los dos hijos Pues eran el orgullo de sus progenitores y los querían ver triunfando.

Una mañana antes de salir a la escuela uno de los hijos abrió la puerta a un hombre, parecía de la ciudad, pensó el joven , una barba ordenada, el cabello peinado , la ropa fuera del lugar pero al parecer costosa además lleva una insignia en cada prenda, consigo lleva un morral grande a su espalda y se encontraba un poco agitado; ¡buenos días! saludándolo le dijo, él respondiendo pidió: por favor que lo dejara entrar y aunque pudo desconfiar lo invitó a seguir y le avisó a los demás para que se presentará. Soy Juan les mencionó, vengo de la ciudad me he quedado sin nada, mi familia me arrebató la herencia que mi padre ya difunto me había otorgado, me enviaron a la calle, me amenazaron y ahora sólo voy con mi ropa y con un poco de hambre, les pido que me alberguen unos días, ayude en la casa si es posible se los pido por favor, la compasión se apodera de todos al ver estas palabras notablemente sinceras, lo acogieron, lo alimentaron, le permitieron su hogar.

Todo transcurrió normal los siguientes días, ayudó en lo que pudo como lo había mencionado, hasta pasar una semana cuando un hombres ingresaron la casa una noche diciendo buscar un ladrón llamado Juan, era peligroso resaltaban gritándole a todos que asustados sólo respondieron: ¡Ahí está! atrás de la cortina, lugar donde dormía pero era tarde para ellos, ya no estaba, sólo encontraron una medallita que sólo notó uno de los hijos que días antes le preguntó: ¿qué significa?, es una llave le respondió, la de la vida, donde está lo que abre, nueva pregunta del jovencito, donde tú quieras y en el momento que lo quieras mi padre me la dio y me dijo busca la cerradura cuando necesites escapar realmente del mal y recuerda el malo no está en ti, tú lo atraes. Cuando los hombres se fueron él recordó las palabras de aquella persona y lo único que hizo fue acercarse la puerta donde encontró marcada la insignia de su ropa y entendió, la llave soy yo, todo lo que tengo, todo lo que soy, todo lo que está en mí, así abrió la puerta y encontrando el morral y esta vez un poco vacío sólo estaba una hoja, al parecer el testamento que el padre de Juan había dejado ; sólo decía lo siguiente: mis propiedades son de todos, especialmente de Juan al que le doy mis conocimientos, lo que le enseñe, el camino que le mostré, los consejos que le otorgue y la felicidad que yo encontré ¡Vivir!.